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Durante la década del 50, Concepción vivió un auge cultural pocas veces visto, surgido desde el seno universitario. Bajo la rectoría de Enrique Molina Garmendia, en 1955 la Universidad de Concepción inicia sus escuelas de temporada bajo la dirección del poeta y director del Departamento de Español, Gonzalo Rojas, en las que confluyen diversas disciplinas de las humanidades, las artes y las ciencias, contando con visitas de ilustres personajes de todo el continente y con la activa participación de la población penquista. La gestión del rector David Stitchkin (1956-1962) llevó a cabo un proceso transformador decisivo a la hora de fortalecer la dimensión cultural de la universidad y estrechar al mismo tiempo los lazos de esta con la comunidad. Durante su mandato se crea la Radio Universidad de Concepción, el Club de Jazz, el Museo Nacional de Arte Folklórico y se profesionalizan la Orquesta Sinfónica, los Coros Polifónicos y el Teatro de la Universidad de Concepción (TUC), del que fue Stitchkin su primer director en 1945. Los encuentros de escritores organizados por la universidad logran repercusión internacional al mismo tiempo que la zona comienza una renovación arquitectónica que buscaba una expresión regional.
Teniendo como precedente la fundación en Santiago del Instituto Fílmico de la Universidad Católica y del Cine Club de la Universidad de Chile, que desembocaría en el Centro de Cine Experimental y la Cineteca Universitaria, la ciudad penquista entra al incipiente movimiento cineclubista con la formación del Cine Club Universitario de Concepción a mediados de la década del 50, surgido al alero de la Escuela de Educación y siendo uno de sus fundadores el arquitecto boliviano Javier ‘Maco’ Gutiérrez, quien por esos días se encontraba trabajando en la construcción del Teatro del Sindicato N° 6 de Lota, conocido popularmente como el Teatro de los Mineros del Carbón. En 1957 el cine club penquista alcanza notoriedad al organizar junto con la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC) el primer Festival de Cine Retrospectivo del país, gracias a la colaboración del Departamento de Cine Arte del Servicio Oficial de Difusión Radio Eléctrica (SODRE) de Uruguay, en el que se repasó la historia del cine desde sus orígenes, con documentales y clásicos del cine mudo que fueron exhibidos en el Teatro Concepción, Coronel y Lota antes de llegar a Santiago y Valparaíso. Al año siguiente, durante la IV Escuela de Verano de la universidad, ‘Maco’ Gutiérrez realizó un curso de dirección cinematográfica en el que se filmaría el cortometraje El poroto (1958), escrito y dirigido por el boliviano Jorge Sanjinés y con participación de Consuelo Saavedra y Violeta Parra, quien musicalizaría la obra. Como finalización de este taller, el grupo conformado por los participantes del mismo, miembros permanentes del cine club y algunos cercanos, decide viajar a la localidad de Yumbel para filmar la celebración de la Fiesta de San Sebastián, entre los que se ha podido individualizar, además de los antes mencionados, a Pedro Millar, Juana Gutiérrez y los arquitectos Sergio Bravo y Osvaldo Cáceres. Siendo Sergio Bravo director del Centro de Cine Experimental, el cine club penquista estrecha lazos con su par santiaguino, lo que queda patente en la colaboración del plantel penquista en el documental Trilla (1959) filmado por Bravo en la zona rural de Hualqui. Durante esta primera etapa, se puede consignar también la participación de Rosaura Mendoza y Jaime Concha como miembros activos del cine club penquista. Cabe mencionar también que se intentó articular al cine club con el elenco del TUC, aunque esto parece nunca haberse llevado a cabo.
Luego del terremoto de 1960 que azotó el sur del país, la labor del Cine Club Universitario de Concepción se enfocó en la apreciación cinematográfica, realizando constantemente cine-foros en los que se analizaban películas que no llegaban al circuito comercial, que se efectuaban en espacios como el auditorio de la Escuela de Educación y teatros como el Concepción, el Cervantes o el Windsor, dependiendo de la disponibilidad de cada uno. Las reuniones de planificación se hacían en la oficina de los arquitectos ‘Maco’ Gutiérrez, Betty Fishman, Alejandro Rodríguez Urzúa y Osvaldo Cáceres frente a la Plaza de la Independencia penquista y las películas solían conseguirse gracias a la colaboración de los institutos binacionales presentes en la ciudad. Durante los años sucesivos toman cargos directivos del cine club el docente del Departamento de Filosofía, Sergio Muñoz, los periodistas Hernán Osses y Eduardo Saavedra, y el poeta Jaime Giordano, quienes intentan masificar la actividad de la entidad a través de medios de comunicación locales, con continuas columnas de crítica cinematográfica en el diario El Sur, la transmisión de programas de cine por Radio Universidad de Concepción y la organización de festivales que concitaban gran asistencia de público de todas las edades. Siempre ligado a la Escuela de Educación, el cine club se fusiona posteriormente con el Cine Núcleo de la Escuela de Periodismo, que mantendrá con vida la actividad cineclubista hasta 1973.
Durante la década del 50, Concepción vivió un auge cultural pocas veces visto, surgido desde el seno universitario. Bajo la rectoría de Enrique Molina Garmendia, en 1955 la Universidad de Concepción inicia sus escuelas de temporada bajo la dirección del poeta y director del Departamento de Español, Gonzalo Rojas, en las que confluyen diversas disciplinas de las humanidades, las artes y las ciencias, contando con visitas de ilustres personajes de todo el continente y con la activa participación de la población penquista. La gestión del rector David Stitchkin (1956-1962) llevó a cabo un proceso transformador decisivo a la hora de fortalecer la dimensión cultural de la universidad y estrechar al mismo tiempo los lazos de esta con la comunidad. Durante su mandato se crea la Radio Universidad de Concepción, el Club de Jazz, el Museo Nacional de Arte Folklórico y se profesionalizan la Orquesta Sinfónica, los Coros Polifónicos y el Teatro de la Universidad de Concepción (TUC), del que fue Stitchkin su primer director en 1945. Los encuentros de escritores organizados por la universidad logran repercusión internacional al mismo tiempo que la zona comienza una renovación arquitectónica que buscaba una expresión regional.
Teniendo como precedente la fundación en Santiago del Instituto Fílmico de la Universidad Católica y del Cine Club de la Universidad de Chile, que desembocaría en el Centro de Cine Experimental y la Cineteca Universitaria, la ciudad penquista entra al incipiente movimiento cineclubista con la formación del Cine Club Universitario de Concepción a mediados de la década del 50, surgido al alero de la Escuela de Educación y siendo uno de sus fundadores el arquitecto boliviano Javier ‘Maco’ Gutiérrez, quien por esos días se encontraba trabajando en la construcción del Teatro del Sindicato N° 6 de Lota, conocido popularmente como el Teatro de los Mineros del Carbón. En 1957 el cine club penquista alcanza notoriedad al organizar junto con la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC) el primer Festival de Cine Retrospectivo del país, gracias a la colaboración del Departamento de Cine Arte del Servicio Oficial de Difusión Radio Eléctrica (SODRE) de Uruguay, en el que se repasó la historia del cine desde sus orígenes, con documentales y clásicos del cine mudo que fueron exhibidos en el Teatro Concepción, Coronel y Lota antes de llegar a Santiago y Valparaíso. Al año siguiente, durante la IV Escuela de Verano de la universidad, ‘Maco’ Gutiérrez realizó un curso de dirección cinematográfica en el que se filmaría el cortometraje El poroto (1958), escrito y dirigido por el boliviano Jorge Sanjinés y con participación de Consuelo Saavedra y Violeta Parra, quien musicalizaría la obra. Como finalización de este taller, el grupo conformado por los participantes del mismo, miembros permanentes del cine club y algunos cercanos, decide viajar a la localidad de Yumbel para filmar la celebración de la Fiesta de San Sebastián, entre los que se ha podido individualizar, además de los antes mencionados, a Pedro Millar, Juana Gutiérrez y los arquitectos Sergio Bravo y Osvaldo Cáceres. Siendo Sergio Bravo director del Centro de Cine Experimental, el cine club penquista estrecha lazos con su par santiaguino, lo que queda patente en la colaboración del plantel penquista en el documental Trilla (1959) filmado por Bravo en la zona rural de Hualqui. Durante esta primera etapa, se puede consignar también la participación de Rosaura Mendoza y Jaime Concha como miembros activos del cine club penquista. Cabe mencionar también que se intentó articular al cine club con el elenco del TUC, aunque esto parece nunca haberse llevado a cabo.
Luego del terremoto de 1960 que azotó el sur del país, la labor del Cine Club Universitario de Concepción se enfocó en la apreciación cinematográfica, realizando constantemente cine-foros en los que se analizaban películas que no llegaban al circuito comercial, que se efectuaban en espacios como el auditorio de la Escuela de Educación y teatros como el Concepción, el Cervantes o el Windsor, dependiendo de la disponibilidad de cada uno. Las reuniones de planificación se hacían en la oficina de los arquitectos ‘Maco’ Gutiérrez, Betty Fishman, Alejandro Rodríguez Urzúa y Osvaldo Cáceres frente a la Plaza de la Independencia penquista y las películas solían conseguirse gracias a la colaboración de los institutos binacionales presentes en la ciudad. Durante los años sucesivos toman cargos directivos del cine club el docente del Departamento de Filosofía, Sergio Muñoz, los periodistas Hernán Osses y Eduardo Saavedra, y el poeta Jaime Giordano, quienes intentan masificar la actividad de la entidad a través de medios de comunicación locales, con continuas columnas de crítica cinematográfica en el diario El Sur, la transmisión de programas de cine por Radio Universidad de Concepción y la organización de festivales que concitaban gran asistencia de público de todas las edades. Siempre ligado a la Escuela de Educación, el cine club se fusiona posteriormente con el Cine Núcleo de la Escuela de Periodismo, que mantendrá con vida la actividad cineclubista hasta 1973.
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